No prestar atención. En todas estas clases hay alguien (un entrenador) que dirige el grupo y escucharle es fundamental. Cuando estamos concentrados en un entrenamiento duro o simplemente estamos entretenidos con el compañero de al lado, podemos despistarnos y no escuchar algunas indicaciones importantes, por lo que el riesgo a realizar ejercicios perjudiciales o lesivos será muy alto.El consejo es que preste atención al entrenador, aunque lleve ya mucho tiempo acudiendo a las clases, siempre será importante. Y, por supuesto, si tiene un espejo delante: verifica la técnica de tus ejercicios.
No esforzarse. Esto se refiere a no intentar superarse en cada clase nueva, intentar dar un poco más de sí mismo, y no simplemente realizar el mismo esfuerzo en todas las clases. De esta forma no va a avanzar y se estancará. Motívese y supérese a sí mismo.
No seguir una dieta adecuada. Cualquier entrenamiento demanda energía y para ello necesitamos comer bien. Controle qué y cuándo come. Es importante respetar los tiempos antes y después del entrenamiento e ir con energía suficiente para aguantar el ritmo que se exige.
Olvidarse del estiramiento. Muchas personas se saltan esta parte de la clase porque no lo consideran importante y luego vienen las lesiones. Además en esta parte del entrenamiento se van bajando progresivamente las pulsaciones para no terminar bruscamente.
Daniel Ricardo Hernández
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